
Por Redacción —
Cada 18 de mayo se conmemora en Argentina el Día de la Escarapela, uno de los emblemas patrios más representativos, que tiene su origen en la iniciativa del General Manuel Belgrano. Este símbolo fue oficialmente instaurado el 18 de mayo de 1812 mediante un decreto firmado por el Primer Triunvirato.
La fecha fue promovida como jornada oficial por el Consejo Nacional de Educación en 1935, subrayando la importancia histórica y cultural de la escarapela en el país.
En cuanto a su origen y los colores que la componen, no existe un consenso absoluto. Sin embargo, la versión más difundida señala que el 13 de febrero de 1812, Manuel Belgrano sugirió la creación de un distintivo nacional para que el ejército argentino tuviera un símbolo unificador, ya que hasta ese momento, las fuerzas militares empleaban variados signos identificatorios.
Posteriormente, el Triunvirato autorizó el uso de la escarapela en tonos blanco y celeste, colores que se asocian tradicionalmente con la Casa de Borbón, dinastía a la que pertenecía el rey español Fernando VII. Esta elección reflejaba una conexión simbólica con la historia y las raíces europeas, pero la escarapela hoy representa la identidad y soberanía argentinas.