
Por Redacción —
Los datos oficiales del INDEC correspondientes al primer semestre de 2025 evidencian una reducción significativa en la pobreza en los aglomerados urbanos de la Provincia de Buenos Aires en comparación con el segundo semestre de 2024. Sin embargo, el Gran Buenos Aires continúa siendo la zona con las tasas más elevadas dentro de la provincia, mientras que las ciudades del interior presentan fluctuaciones que demandan estrategias específicas a nivel local.
El informe detalla que, entre los 31 aglomerados urbanos analizados por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), la pobreza afecta al 31,6% de las personas y al 24,1% de los hogares, mientras que la indigencia alcanza al 6,9% y 5,6% respectivamente. En la Región Pampeana, que comprende varias localidades del interior bonaerense, la pobreza se sitúa en un 30,5% en personas y 22,0% en hogares, con una indigencia de 6,4% y 4,9% respectivamente.
El Gran Buenos Aires (integrando CABA y los partidos del GBA) reporta un 31,5% de personas en situación de pobreza y 24,7% de hogares afectados. Particularmente, los partidos del conurbano bonaerense, que concentran gran parte de la presión social, registran un preocupante 35,3% de personas y 28,8% de hogares bajo la línea de pobreza. La caída en la pobreza dentro del Gran Buenos Aires fue notable, pasando de un 37,3% a un 31,5% en personas y de 42,1% a 35,3% en los partidos del GBA. Por su parte, las ciudades del interior con poblaciones menores a 500.000 habitantes mostraron reducciones más marcadas en estos indicadores.
El INDEC atribuye esta mejora al incremento promedio de ingresos familiares del 26,3%, que supera el aumento de las canastas básicas (13,2% para la canasta básica alimentaria - CBA y 12,3% para la canasta básica total - CBT). No obstante, la brecha entre los ingresos de los hogares pobres y el costo de la canasta total se mantiene elevada, cercana al 37%, lo que indica que muchos hogares aún enfrentan dificultades económicas significativas.
Desde el punto de vista generacional, el informe destaca que el 45,4% de los niños y niñas entre 0 y 14 años vive en situación de pobreza. Esta cifra disminuye al 37% en jóvenes de 15 a 29 años, al 27,7% en adultos de 30 a 64 años y al 10,8% en personas mayores de 65 años, reflejando brechas importantes según la edad.
A pesar del descenso registrado en pobreza e indigencia, desde varios sectores se advierte que estas cifras no necesariamente representan mejoras concretas en el poder adquisitivo ni en el acceso a servicios vitales como salud, educación, transporte y tarifas públicas, lo que invita a un análisis más profundo sobre la calidad de vida de la población afectada.