Sindicatos bonaerenses exigen a legisladores la aprobación del Presupuesto 2026 de Kicillof

En vísperas del decisivo "Súper Miércoles" legislativo, durante el cual la Cámara de Diputados y el Senado de la Provincia de Buenos Aires intentarán sancionar el paquete de leyes para 2026, los sindicatos intensificaron su presión. En este contexto, la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA-T), bajo el mando de Roberto Baradel, y la Central de Trabajadores Autónoma (CTA-A), conducida por Oscar Isasi, emitieron un comunicado conjunto respaldando al gobierno provincial.

Esta estrategia sindical se produce en paralelo con el inicio de las negociaciones paritarias en la provincia, donde el gobierno de Axel Kicillof enfatizó la necesidad de la aprobación del Presupuesto, la Ley Fiscal y en particular el endeudamiento, para financiar posibles aumentos salariales.

En ese sentido, el comunicado conjunto de las centrales obreras representa un mensaje directo a diputados y senadores, quienes fueron criticados por condicionar la sanción de las leyes a negociaciones políticas, calificándolo como una irresponsabilidad.

Ambas CTA resaltaron la "imprescindible" necesidad de que Kicillof disponga de las herramientas de gestión que le fueron rechazadas el año anterior, advirtiendo que sin ellas se compromete gravemente el funcionamiento del Estado provincial en ámbitos críticos como: salud, educación, seguridad, obra pública, el pago del aguinaldo y salarios en varios municipios.

El documento crítico se dirigió directamente contra los legisladores que bloquean el debate. Expresaron: "Oponer excusas, atar la aprobación a cargos en la Suprema Corte de Justicia o en el directorio del Banco Provincia, exigir un presupuesto sin fundamentos (...) es adoptar políticas de ajuste, entrega y desmantelamiento del Estado".

Esta presión sindical aumenta justo antes de la sesión prevista para mañana, donde se espera la aprobación del Presupuesto y la Ley Fiscal. La principal incertidumbre radica en la aprobación del endeudamiento, que requiere una mayoría calificada de dos tercios. Con el respaldo de las CTA, el gobierno fortalece sus herramientas para presionar a la oposición y a sectores internos antes de la votación clave.