Kicillof advierte sobre la necesidad de detener el desborde social y político

En las últimas jornadas, la creciente desesperación del Gobierno Nacional se manifestó claramente. Un gobierno que ha perdido toda noción de límites y se sustenta únicamente en su capacidad para mentir.

Por cada falacia que se destapa, surgen nuevos negocios oscuros y manejos cuestionables que lo exponen ante una sociedad cada vez más decidida a castigar democráticamente la estafa y el engaño que percibe. Sin poder justificar sus acciones ni querer enfrentarse a un juicio electoral, recurren a sus únicos recursos: desviar la atención, generar caos, denunciar supuestos «fraudes», enrarecer el clima social, promover desorden y motivar el odio.

Esto se evidenció hace pocos días en Lomas de Zamora, donde se organizó una caravana claramente destinada a provocar, acompañada por una sospechosa falta de protección al presidente. De no haber actuado con responsabilidad la Policía Bonaerense, el descontrol habría sido mucho mayor, algo que reconoció públicamente la ministra Patricia Bullrich. Escenarios similares se repitieron en Junín y Corrientes, territorios sin gobiernos peronistas, donde, sin embargo, intentaron culpar a nuestra fuerza. En los tres casos se notaron fallas evidentes en la seguridad de la comitiva presidencial, a cargo de Casa Militar y las fuerzas federales.

En vez de asumir la realidad y aceptar el malestar social que ellos generaron, el presidente y sus funcionarios prefieren exacerbar la situación, lanzar acusaciones irresponsables de fraude y exhibir un perfil autoritario y violento poco visto en décadas. Frente a las denuncias, optan por la censura en lugar de brindar explicaciones.

Para ellos, el caos y la violencia se han convertido en un instrumento estratégico, una metodología comunicacional. Incapaces de ganarse la confianza popular, recurren al miedo.

Con información que recibimos con poca anticipación, sabemos que La Libertad Avanza realizará su acto de cierre de campaña en Moreno. Si bien tienen el derecho legítimo a hacer campaña, esta convocatoria presenta características atípicas y preocupantes: se eligió un lugar inadecuado para un evento de tal magnitud; además, participan en su organización personajes con antecedentes penales más que experiencia política; y, sobremanera, los dirigentes de LLA advierten sobre posibles episodios de violencia. Todo esto ocurre en medio de persecuciones a periodistas que expusieron una red de corrupción con fondos destinados a personas con discapacidad.

Quiero ser enfático: la seguridad del presidente recae en la Casa Militar y las fuerzas federales. Como es nuestra práctica habitual, colaboraremos en el gran operativo solicitado, siguiendo las órdenes del comando unificado bajo Casa Militar. Sin embargo, no confiamos en este Gobierno. Un Ejecutivo que negoció con medicamentos para personas discapacitadas es capaz de cualquier cosa, incluyendo la manipulación de episodios para distraer a la población.

Por esta razón, hago un llamado a los vecinos y vecinas de Moreno: les pido que no se acerquen a ese acto. Hay muchas razones para manifestar el disgusto hacia un presidente que nada hizo por Moreno, pero la forma adecuada no es mediante gritos ni ataques, sino con el voto el próximo domingo.

Este domingo, con el sufragio, será fundamental poner fin a la violencia, al autoritarismo y a la mentira. Es preciso establecer límites a esta pérdida de control, y eso se consigue en las urnas.

Quiero dejar en claro que responsabilizo directamente a Javier Milei por cualquier episodio de desorden o violencia que pudiera surgir. Se necesita responsabilidad y respeto por la democracia, dos cualidades que este presidente claramente carece.

Nosotros no caeremos en trampas ni juegos malintencionados. Responderemos defendiendo la democracia con serenidad y responsabilidad. Pase lo que pase, lo que inventen o intenten, la respuesta la dará siempre el pueblo en las urnas.