
Por Redacción —
Argentina registró una reducción significativa en la producción de carne vacuna durante los primeros seis meses de 2025, afectando profundamente a su sector ganadero. Con una caída del 3% respecto al mismo período del año previo, se faenaron 173.000 cabezas menos, alcanzando un total de 5,4 millones de animales sacrificados.
A pesar de esta baja, el país continúa siendo el sexto mayor productor mundial con una producción cercana a 3,1 millones de toneladas anuales, posicionándose detrás de potencias como Estados Unidos, Brasil, China, la Unión Europea e India. Esta situación ocurre mientras el stock bovino nacional no presenta crecimiento, en un contexto global donde la demanda de carne sigue en aumento.
Del total faenado en este período, el 47,2% correspondió a hembras —fundamentalmente vaquillonas y vacas—, y un 42% a novillitos dentro del grupo de machos. Estos porcentajes reflejan las tendencias actuales en la composición del ganado destinado al consumo y la exportación.
El consumo interno muestra un comportamiento distinto: se estima que cada argentino consume 49 kilos de carne vacuna al año, lo que se traduce en 960.000 toneladas destinadas exclusivamente al mercado local. Esta cifra representa un aumento del 10% respecto a 2024, y se espera que la oferta de ganado proveniente de feedlots aumente durante el segundo semestre para satisfacer esta creciente demanda.
En cambio, las exportaciones han experimentado un fuerte retroceso. Durante los primeros cinco meses se observó una caída del 26% en los envíos de carne vacuna al exterior respecto al mismo período del año anterior. Un factor crucial en esta disminución fue la baja del 50% en las ventas hacia China, el principal mercado de destino, debido a la reducción de precios internacionales.
A pesar de esta pérdida, el mercado filipino emerge como una alternativa creciente, aunque con volúmenes todavía modestos en comparación.
Reinserción del envío de ganado en pie
Otra novedad en el sector es la reapertura de la exportación de ganado en pie después de más de cinco décadas de prohibición, autorizada por el Decreto 133/2025. Esta medida permite el envío de animales vivos para faena en el extranjero, con Israel y Turquía señalados como potenciales destinos.
Este esquema, impulsado por la Asociación de Productores Exportadores Argentinos (APEA), incorpora rigurosos protocolos: cuarentenas sanitarias, controles alimenticios previos y provisión de insumos para viajes de hasta 35 días, garantizando la calidad y seguridad del ganado durante el traslado.
En resumen, el sector de carne vacuna de Argentina enfrenta desafíos complejos, con una producción estancada, el consumo interno en aumento y una exportación que busca reorientarse ante los cambios en los mercados internacionales.