Tendencias 2025
Por Redacción —
La Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires dio a conocer los resultados de una encuesta que analiza el uso y las inquietudes asociadas a la inteligencia artificial (IA), indicando que cerca del 30% de los usuarios reportó experiencias negativas. Además, cerca del 60% opina que el Estado debe intervenir para proteger a la población frente a riesgos potenciales vinculados a esta tecnología.
Uso generalizado y percepciones
El relevamiento, coordinado por Guido Lorenzino, buscó identificar las percepciones, retos y oportunidades que conlleva el desarrollo y la utilización de la IA. Mientras muestra un amplio uso de estas herramientas, también deja en evidencia ciertas preocupaciones sociales.
Según la encuesta, el 70% de los consultados emplea habitualmente tecnologías de IA: un 31% las utiliza diariamente y un 40% de manera semanal. Su uso se enfoca principalmente en actividades productivas y educativas, con un 26,6% que las utiliza para trabajo o tareas profesionales, y un 25,8% para estudio y aprendizaje. También se destaca un 20,7% que las emplea para consultas personales informales, un 12,6% para temas de salud o bienestar, y un 12,4% para entretenimiento.
La mayoría se considera con un conocimiento medio sobre IA (39,51%), indicando un uso parcial sin profundizar en todas sus funcionalidades. La herramienta más empleada es ChatGPT, con un 36,4% de preferencia destacada.
En cuanto a las emociones que genera la IA, predominan las positivas: un 75% manifestó sentimientos como curiosidad, entusiasmo y confianza, mientras que un 22% expresó emociones negativas, principalmente desconfianza e indiferencia.
En cuanto a la percepción de sus beneficios, el 23,3% la atribuye como una herramienta para ahorrar tiempo y el 21,2% cree que mejora la productividad laboral o académica. Sin embargo, un 19,2% considera que la IA podría generar una mayor dependencia tecnológica.
Entre quienes no usan IA, un 10% reportó no utilizarla nunca y un 19% solo ocasionalmente. Los motivos principales para evitar su uso incluyen falta de interés (32,9%), preocupaciones sobre privacidad y riesgos (21,5%) y desconfianza hacia estas tecnologías (19%). Además, el 29,5% de este grupo experimenta desconfianza hacia la IA y el 19,2% indiferencia.
Experiencias negativas con la IA
Aunque más de la mitad de los encuestados (54%) no ha tenido experiencias adversas con la inteligencia artificial, un 26% admitió haber tenido vivencias negativas, mientras que un 20% no pudo definirlo, probablemente debido a situaciones ambiguas o falta de información sobre la IA.
Entre las dificultades mencionadas destacan las respuestas erróneas o inexactas (37%), incumplimiento de expectativas (26%), problemas técnicos o de comprensión (20,8%) y preocupaciones relacionadas con la privacidad (13%).
Roles del Estado y regulación
Existe un apoyo mayoritario a la regulación estatal con el fin de proteger los derechos de los ciudadanos frente a riesgos por el uso de IA. El 56,59% considera que debe existir una normativa que salvaguarde a las personas, mientras que un 17,56% prefiere regulaciones parciales o específicas. Por otro lado, un 13,17% mantiene que la IA debería funcionar libremente sin restricciones legales.
Guido Lorenzino comentó sobre el avance de estas tecnologías: "El desarrollo de la IA nos sitúa en un escenario complejo y dinámico, donde su expansión convive con desigualdades en acceso y conocimiento técnico. La ciudadanía no busca frenar este progreso, sino que reclama un control estatal responsable que garantice justicia, equidad y el respeto a los derechos humanos".
Para más información, consultá el informe completo aquí: https://www.defensorba.org.ar/pdfs/informe-ia.pdf








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